Érase una vez una princesa que era muy descuidada.
Ello lo perdía todo: los broches de perlas, las calculadoras…No es extraño, pues, que un día perdiera hasta su nombre.
Entonces, sus amigos no supieron cómo llamarla.
Érase una vez una princesa que era muy descuidada.
Ello lo perdía todo: los broches de perlas, las calculadoras…No es extraño, pues, que un día perdiera hasta su nombre.
Entonces, sus amigos no supieron cómo llamarla.